THOMAS RUFF 2018-09-10T14:07:11+00:00

THOMAS RUFF

Zell am Harmersbach, Alemania, 1958.

Es posiblemente el fotógrafo más relevante de la famosa escuela alemana de los noventa. Entre 1977 y 1985 estudia en la Academia de Arte de Dusselfdorf. Los Becher, artífices de buena parte del éxito de la fotografía alemana de esa década, habían ingresado como profesores de la Academia el año anterior. Ruff es escéptico ante el término “Escuela de Dusseldorf” (Candida Höfer, Andreas Gursky, Thomas Struth, Gerhard Richter, Axel Hütte y otros) y cuenta que cuando comenzaban a trabajar eran unos cuantos artistas dispersos y no había ninguna intención de crear un grupo. Lo único que les unía era la intención de practicar una fotografía no comercial, con una inclinación hacia una imagen limpia y precisa, de cierta raíz arquitectónica, siguiendo el ejemplo de la Neue Sachlichkeit de los años veinte. Pero eso es todo. Su relación con la arquitectura se inicia a raíz de sus trabajos con fotografías de viviendas sociales alemanas durante la década de los ochenta. En 1992 comienza a colaborar con el estudio de arquitectura de Herzog y Meuron, fotografiando sus edificios y estudiando su interacción con el entorno. Sus imágenes arquitectónicas de carácter serial, formato monumental y extrema precisión ya son parte del legado visual de los años ochenta, pero además cultiva otros géneros como el interior, el retrato, el desnudo, las estrellas, las máquinas, etc., manipulando por medio de ordenador las escalas de color, el contraste y la definición.

La fotografía de Thomas Ruff se caracteriza por su persistente experimentación en torno a las propiedades del medio. Se aleja de la fotografía documental pues es consciente de que la fotografía sólo puede alcanzar la superficie de las cosas. Por ello presta especial atención a la manipulación de esa imagen ya obtenida, a la postproducción. El elevado grado de definición de sus fotografías hace que estas contengan grandes dosis de información y se descompongan en un caleidoscopio de detalles que en ocasiones se convierten en abstracciones a pesar de su origen figurativo.

Su obra puede verse en distintas y prestigiosas colecciones de todo el mundo: el Metropolitan, el MoMA y el Guggenheim en Nueva York, el Ludwig Museum en Colonia, el Pompidou en París, el Kunstmuseum en Basilea, la Tate Gallery en Londres o el Reina Sofía en Madrid.